Guía básica de desequilibrios macro para dummies
- Posted by Sebastián Puig
- On 11 junio, 2017
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Una de las razones principales por la que todos los autores que formamos parte de Thinknomics escribimos sobre economía es nuestra necesidad imperiosa de divulgar, tanto por placer como por responsabilidad. En efecto, la persistente ignorancia en temas económicos de muchos ciudadanos los hace manipulables y vulnerables a razonamientos simplones y descerebrados, a burdas manipulaciones conceptuales, mantras sectarios, percepciones carentes de base y demás falacias. El problema se agrava, además, por la baja calidad del debate económico en los medios generalistas y las redes sociales, gobernado demasiadas veces por creadores de opinión llenos de prejuicios ideológicos, con poco o ningún bagaje teórico en economía o finanzas y, lo que es peor, sin ganas de adquirirlo. Un buen ejemplo de ello es este increíble intercambio entre uno de esos presuntos opinadores estrella (profesor universitario y tertuliano para más señas) y nuestro thinknomics Combarro, uno de los analistas más brillantes, educados y sensatos que conozco. Para que se hagan una idea del percal…
Disquisiciones aparte, el objetivo de este post es proporcionar a los lectores una sucinta orientación básica sobre aquellos indicadores económicos clave que pueden señalar la formación o existencia de desequilibrios macroeconómicos graves para un país. No están todos los que son pero sí son todos los que deberían estar en un análisis inicial, y lo que resulta más importante: no hay que considerarlos de manera aislada, sino conjunta. Los desajustes macro se dan por una combinación perniciosa en el tiempo de varios de esos factores, muchos de ellos interrelacionados:
- Los salarios reales crecen en mucho mayor proporción que la productividad del país.
- Los flujos de entrada de capital se utilizan preferentemente para consumo antes que para inversión.
- La orientación de la capacidad productiva cambia desde los productos y servicios «tradable» (concepto referido a manufacturas, productos agrícolas y pesca, materias primas, hostelería, transporte…) hacia los «non-tradable» (construcción, servicios financieros e inmobiliarios, servicios públicos…).
- La competitividad económica disminuye de manera continuada.
- El país incurre de forma notoria y persistente en déficits por cuenta corriente, incrementando su endeudamiento externo.
- La intervención política favorece a determinados sectores económicos, como la construcción, generando posibles burbujas.
- El gasto público se dedica cada vez más al consumo en perjuicio de la inversión.
- El sector público adquiere una importancia relativa creciente y sostenida sobre el sector privado.
- El endeudamiento público es alto y no deja de crecer.
- Las rigideces estructurales (incluidas barreras de entrada) en el mercado laboral y de bienes y servicios son cada vez más significativas.
- El sector financiero está sobrecargado de préstamos dudosos y de mala calidad crediticia.
Cabe insistir de nuevo: ninguno de esos factores constituye un desequilibrio por sí mismo, si no están presentes algunos de los demás. Es la combinación de ellos y su duración en el tiempo los que deben encender nuestras alarmas. Por ejemplo, un 2+3+4+5 puede conllevar un problema serio en nuestra balanza de pagos. Les animo a analizar otras posibles combinaciones y los desequilibrios macro derivados, usando datos reales de países. No es tan complicado si dedican un poco de tiempo y poseen curiosidad intelectual.
Tengan en cuenta todo lo apuntado cuando escuchen a un presunto gurú juzgar la situación macroeconómica de un país en base a un solo dato. En tal caso, nuestro mejor consejo es que cambien de canal. O pregunten a @thinknomics, claro está.
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